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Lo mataron a balazos y luego le quemaron la volqueta en zona rural de Cúcuta
Sergio Alexis Jaimes Cárdenas recibió dos impactos en la cabeza y el pecho.
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Miércoles, 8 de Junio de 2022

Los minutos después del asesinato de Sergio Alexis Jaimes Cárdenas y de la quema de la volqueta que conducía por la vereda El Porvenir, saliendo de la finca conocida como Portón Amarillo, estuvieron marcados por la tensión y un ambiente de expectativa ante cualquier movimiento extraño de un grupo de hombres que se hizo notar desde el suelo venezolano.


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La presencia de las unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que se extendió durante esta línea de frontera, activando un protocolo de seguridad para iniciar las pesquisas del crimen, hizo que los presuntos autores del hecho se mostraran desafiantes, sin ningún respeto cuando estaban en territorio venezolano.

Los policías mantuvieron la calma, sabían que no debían descuidar ningún detalle, pues en cualquier momento podría desatarse un ataque a bala al que tendrían que reaccionar.


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Al menos 500 metros y un río separaban las intenciones delictivas que tenían los desconocidos. Ocultaban su rostro con sus camisetas y en cada momento caminaban de un lado a otro, mientras también se iban escondiendo por entre la zona boscosa.

Inicialmente solo dos hombres, de estatura mediana y delgados se hicieron visibles, sin embargo, sus acompañantes estaban resguardados a un costado, entre la maleza.

“Hay que estar pendientes, porque no sabemos qué tipo de armamento tengan. Sabemos que allá están los grupos armados ilegales”, dijo una fuente judicial.
 

Volqueta quemada.
 
‘Dana’ descartó explosivos

Al lugar del crimen tuvo que arribar ‘Dana’, una perra antiexplosivos, liderada por su guía canino, que le pidió que olfateara la volqueta y todo lo que estaba alrededor, además del cadáver, para descartar que los autores del hecho hubieran instalado artefactos explosivos para tenderles una trampa a los uniformados.

‘Dana’ recorrió toda la escena del homicidio y luego de olfatear varias veces el vehículo quemado y el cuerpo, la perra no dio ninguna señal positiva, por lo que los policías estuvieron seguros de que no había ningún elemento extraño.

Posteriormente, miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios se encargaron de la inspección y el levantamiento del cuerpo.


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Mientras los peritos forenses adelantaban sus labores, una hermana de la víctima arribó al lugar y protagonizó escenas de dolor.

Según conocieron las autoridades, Sergio Jaimes, conocido como ‘Espejito’, vivía en Venezuela y desde hace al menos diez años se dedicó a conducir volquetas.

La víctima recibió un impacto de bala en la cabeza y otro en el pecho. El cadáver quedó a pocos metros de la volqueta, de placas A08AT3S, que fue quemada por los autores del hecho.

“Al señor (víctima) lo bajaron y le dispararon primero cerca de la llanta y al parecer, alcanzó a correr y luego le dispararon en la cabeza. La volqueta la quemaron y la dejaron inservible”, dijo la fuente.


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La ‘vacuna’

Entre las hipótesis que indagan las autoridades para esclarecer el homicidio es que el ataque se pudo desencadenar por el no pago de la ‘vacuna’ que exigen los grupos armados ilegales con presencia en esta zona de frontera.

Según se conoció, allí delinquen el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y un grupo delincuencial conocido como 6 de Reyes, con alusión a una invasión que está ubicada cerca del lugar del hecho.

El portón de la muerte

Justo en el mismo lugar donde ayer fue asesinado Sergio Jaimes, también fue baleado, el pasado 25 de marzo, Óscar Rivera, de 59 años. 

Rivera recibió cuatro impactos de bala en la cabeza y espalda. Quedó tendido sin vida y sin camisa, en la mitad de la vía, frente a la reconocida trocha de este sector.

“Lo que se sabe es que a él lo trajeron con otro señor hasta acá y ahí lo mataron. El otro logró escapar y corrió a buscar a la Policía de San Faustino”, dijo una persona que conoció el hecho, en ese momento.

La víctima se dedicaba a hacer trasteos. Precisamente, momentos antes del crimen había salido en su camioneta y sus familiares le había perdido el rastro.


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