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La encrucijada de Obama
~Si ataca, llevará a Estados Unidos a una guerra que le podrá costar más que las anteriores de los últimos 20 años. Y, si no, pasará a la historia como el presidente que se mantuvo impasible, como si nada, mientras terroristas islámicos decapitaban, casi en transmisión directa por televisión, a dos civiles estadounidenses.~
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Domingo, 7 de Septiembre de 2014
~Si ataca, llevará a Estados Unidos a una guerra que le podrá costar más que las anteriores de los últimos 20 años. Y, si no, pasará a la historia como el presidente que se mantuvo impasible, como si nada, mientras terroristas islámicos decapitaban, casi en transmisión directa por televisión, a dos civiles estadounidenses.~ Si ataca, llevará a Estados Unidos a una guerra que le podrá costar más que las anteriores de los últimos 20 años. Y, si no, pasará a la historia como el presidente que se mantuvo impasible, como si nada, mientras terroristas islámicos decapitaban, casi en transmisión directa por televisión, a dos civiles estadounidenses.

La de Barack Obama es, esta sí, una real encrucijada que lo hará demostrarles, sin lugar a dudas, a su pueblo y al mundo, cuánto tiene de líder de la gran potencia.

Durante tres años, la vida de Obama presidente se ha visto signada por la lucha con la oposición y el Pentágono, para evitar que Estados Unidos sea arrastrado hacia la guerra civil en Siria. Y de esa postura no lo sacó ni siquiera la comprobación de que el régimen dictatorial de Bashar Hafez al-Asad utilizó armas químicas para masacrar a los habitantes de varios pueblos opositores a su gobierno.

Pero, contra su voluntad y contra toda posibilidad de salir más o menos indemne de la guerra, a Obama se le están acabando las opciones, o, mejor, todas lo conducen, de manera inevitable, a intervenir para intentar liquidar una amenaza terrorista peor que la de Al Qaeda: la del Estado Islámico (EI), un real ejército islámico que pretende el poder religioso y político no solo en Siria y en Irak, sino en todo el mundo musulmán.

En realidad, Obama es una candorosa paloma, comparado con todos los feroces halcones (para utilizar términos del Departamento de Defensa) del Pentágono, que se relamen con deleite fruición ante la palabra guerra. Pero, paloma, tendrá que guerrear.

EI, es impensable lo contrario, debe tener planes muy concretos contra Estados Unidos, como los tuvo y desarrollaron Al Qaeda y Hosama bin Laden con la hecatombe de las torres gemelas de Nueva York. Así que, si Obama elude la guerra, su pueblo lo crucificará en el Obelisco de Washington si EI actúa dentro del territorio o contra los intereses estadounidenses en cualquier parte del mundo.

En consecuencia, para Obama, para el gobierno, para Estados Unidos, parece que el único camino por recorrer es ir a la guerra en Siria contra el tenebroso EI. Pero, si al-Asad siente que sus intereses peligran, no dudará en usar su fuerza aérea, la más importante del mundo árabe, contra Estados Unidos y contra quien le acompañe.

Y, así, una conflagración mundial estará a la vuelta de la esquina, pues Rusia, Irán y el Hezbolá libanés son incondicionales del dictador sirio. Y más atrás está China.

Una variable estratégica consistiría en atacar a EI en Irak y obligarlo a que se repliegue dentro de Siria, donde al-Asad debería actuar, así fuera solo para demostrar que si bien él es la causa de que se haya formado EI, también puede ser parte de la causa de que desaparezca.

Para Estados Unidos, las consecuencias de intervenir en Siria son imprevisibles, tanto, que el propio Congreso casi que se ha escondido cuando Obama lo ha necesitado para que le ayude a imaginar los escenarios posibles. Ni Obama ni los congresistas, en realidad, quieren echarse al hombro el pesado fardo del muerto.

Pero, el tiempo avanza, y ya los pocos amigos que tenía Estados Unidos en el EI, el moderado Ejército para la Liberación de Siria (FSL), sin estructura para manejar el estado, en caso necesario, están siendo copados por el radicalismo y el extremismo.

En lo que podría parecer un acuerdo reservado, Obama proclamó que el EI será destruido, mientras el Congreso comenzó a darle forma a un proyecto de ley en el que autorizan a Obama a bombardear posiciones de EI en Siria.

Esto estaría bien, pero ¿cómo evitar que EI lleve la guerra al corazón de Estados Unidos, como de hecho parece que ya comenzó a hacer, a juzgar por las duras medidas de seguridad que se aplican a los viajeros que van a ese país.

Lo que sí parece que no habrá serán días de paz…



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