La actriz Yulia Peresild, de 36 años, y del director Klim Shipenko, de 38, despegarán del cosmódromo de Baikonur con el cosmonauta Anton Shkaplerov a bordo de un cohete Soyuz para integrar del 5 al 17 de octubre de 2021 la Estación Espacial Internacional (ISS).
La tripulación rusa adelantaría así a la estrella de Hollywood Tom Cruise y al director Doug Liman, que tienen un proyecto similar en colaboración con la NASA y Space X, la empresa del magnate Elon Musk. Contactada por la AFP, la parte estadounidense no quiso revelar fechas.
Anunciado en septiembre de 2020, cuatro meses después del proyecto hollywoodiano, el filme ruso "Vyzov" ("El desafío" o "La llamada" en ruso) busca tomar ventaja a Estados Unidos en uno de su terrenos favoritos.
"¡Ya basta de dormir!¡Seamos los héroes del país!", proclama en las redes sociales la actriz Yulia Peresild, que se describe como "patriota sin énfasis". "¡Vamos a ganarla, esta nueva carrera en el espacio! Ser los primeros es importante", dice a la AFP la intérprete.
'No soy una superheroína'
Las minúsculas dimensiones del plató de la sección rusa de la ISS son un reto para el director, que también se encargará de la cámara, la luz, la toma de sonido y el maquillaje. Y "tendremos que filmar en el espacio cosas imposibles de filmar en Tierra", añade la actriz.
Nacida en una familia de un pintor de iconos, Yulia a nunca soñó con ser cosmonauta, a diferencia de muchos jóvenes soviéticos. Y cuando fue seleccionada entre 3.000 candidatas, confiesa que tuvo "miedo".
"No soy una superheroína", asegura, al tiempo que afirma que encuentra su motivación entre los niños discapacitados a los que apoya mediante su fundación Galtshonok.
'Arma de propaganda'
"¡Guapos, deportistas, intelectuales, nuestros cosmonautas tienen que volver a las portadas de las revistas!", afirma. Entre los productores, figura Dmitri Rogozin, jefe de la agencia espacial Roscosmos y famoso por sus comentarios antioccidentales.
Otro nombre del proyecto es Konstantin Ernst, dueño de la cadena de televisión Pervyi Kanal y que se encarga de organizar desde hace más de 20 años algunos de los momentos más estelares del presidente Vladimir Putin: desfiles militares, investiduras presidenciales o las ceremonias de los Juegos Olímpicos de Sochi.
Rogozin no duda en mostrar sus ambiciones en los medios rusos. "El cine siempre ha sido un arma de propaganda", dijo a mediados de junio al diario Komsomolskaya Pravda.
Para Rusia se trata de marcar puntos. Porque últimamente, en el ámbito de los lanzamientos de satélite, vuelos tripulados o misiones científicas, Moscú ha perdido terreno.
Según Dmitri Rogozin, Cruise y Liman habían hablado con Roscosmos a principios en 2020 para rodar el filme, pero "fuerzas políticas" que no identifica presionaron para que renunciaran a trabajar con la agencia espacial rusa.
"Después de esta historia, comprendí que el cosmos es política", reiteró al Komsomolskaya Pravada. "De ahí nació la idea de que se tenía que rodar una película" rusa.
La trama del largometraje todavía no se ha dado a conocer, pero la prensa habla de la misión de una doctora, enviada urgentemente hacia la ISS para salvar a un cosmonauta.
El presupuesto también es secreto. El único punto de referencia: la NASA pagaba decenas de millones de dólares para tener un sitio a bordo del Soyuz.
Yulia Peresild tampoco dirá nada del tema, en su entrevista con la AFP en el museo del Espacio de Moscú, tras una sesión de entrenamientos en el famoso centro de formación de cosmonautas, donde practica desde finales de mayo.
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