La compañía ferroviaria francesa SNCF fue víctima este viernes de un “ataque masivo” para “paralizar” su red de trenes de alta velocidad, que afectó a 800.000 viajeros, a unas horas de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París.
La SNCF “fue víctima esta noche de varios actos malintencionados, simultáneos, que afectaron a las líneas de alta velocidad Atlántica, Norte y Este”, indicó el grupo ferroviario en un comunicado, en el que precisó que “se provocaron incendios voluntarios para dañar [sus] instalaciones”.
Por ello, la circulación de los trenes de alta velocidad (TGV, por sus siglas en francés) en esos tres ejes se vio “muy alterada”, una situación que se prolongará “al menos todo el fin de semana”. En cambio, la línea de alta velocidad del sureste no se vio afectada.
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El ataque, que se produjo horas antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, afectó a 800.000 viajeros, señaló el presidente ejecutivo de SNCF Jean-Pierre Farandou, en rueda de prensa.
Según dijo a AFP una fuente próxima al caso, se trata de un “sabotaje” coordinado, una serie de actos cometidos de forma “concertada”.
“Nuestros servicios de inteligencia y nuestras fuerzas de seguridad fueron movilizados para encontrar y castigar a los autores de estos actos criminales”, afirmó el primer ministro francés, Gabriel Attal.
Según dijo a AFP una fuente de seguridad, el modus operandi del ataque se parece a los que suelen poner en práctica grupos de extrema izquierda.
“Acto criminal escandaloso”
“Son los Juegos de los deportistas, con los que llevan años soñando y que luchan por el hito de subir a esos podios, ¡y van a sabotearles eso a ellos!”, reaccionó la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castera.
El ministro delegado de Transportes, Patrice Vergriete, denunció un “acto criminal escandaloso” que tendrá “fuertes consecuencias” en el tráfico ferroviario, con un tren de cada dos hacia el norte, el este y Bretaña (en el oeste del país) y un tren de cada cuatro hacia la región de Burdeos, en el suroeste.
En la estación de Montparnasse, en París, que conecta la capital con el oeste y el suroeste de Francia, los viajeros estaban pendientes de las pantallas de información.
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Katherine Abby, una diseñadora gráfica parisina de 30 años, y su esposo, esperaban que su viaje fuera únicamente retrasado pero no cancelado.
“Reservé mis billetes para Biarritz hace varias semanas, son mis únicas vacaciones del año”, dijo, preocupada. “He estado esperando este momento un año, me desanimaría mucho tener que cancelar el viaje, sobre todo viendo cómo está París con los Juegos Olímpicos”.
La SNCF advirtió que no partiría ningún tren de esa estación al menos “hasta las 13H00” (11H00 GMT), mientras que en los ejes Norte y Este, los convoyes circulaban con entre una hora y media y dos horas de retraso.
“Éxodo” hacia las estaciones de autobús
En Burdeos, Baptiste Leduc, un periodista deportivo de 26 años, comentó que su jornada laboral “se desmoronó” y que tuvo que avisar a sus jefes de que no podrían contar con él para cubrir la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos. Su tren, que tenía un retraso previsto de más de tres horas, “tiene todas las papeletas” para no circular hoy, dijo.
Sin embargo, reaccionó rápidamente, “buscando una alternativa” con un autobús. “Ha empezado un éxodo hacia la estación de autobuses, mucha gente ha debido tener la misma idea”, contó. “Ha sido un poco caótico pero, al final, los que podían se adaptaron”.