El temor a la ruptura de un tercer dique tras un enorme deslave en el sureste de Brasil obligó a evacuar habitantes poco después de que los presidentes de las gigantes mineras BHP Billiton y Vale inspeccionaran la devastación.
La ruptura de dos represas de la minera brasileña Samarco que contenían millones de metros cúbicos de lodo y desechos mineros provocó el jueves pasado una gigante avalancha que arrasó un pequeño poblado, con un saldo de ocho muertos, una veintena de desaparecidos y 631 personas sin hogar, según el último balance de los bomberos.
Un tercer dique de Samarco -propiedad a partes iguales de la anglo-australiana BHP Billiton y la brasileña Vale- está siendo reparado por bomberos y por razones de seguridad habitantes del área fueron evacuados, informó la minera brasileña y el gobierno de Minas Gerais.
"Hay una relocalización de las familias para darles más seguridad" mientras Samarco realiza reparaciones en el dique del embalse de Germano, cerca de la ciudad de Mariana (sureste de Brasil), dijo a la AFP un portavoz del gobierno estatal.
El presidente de Samarco, Ricardo Vescovi, informó que hay bomberos reparando una de las paredes del dique de Germano.
"Las estructuras están siendo estables, pero es preciso reforzar la seguridad de una de las paredes (del dique). Eso está siendo realizado con apoyo de los bomberos para garantizar la seguridad de las personas", dijo Vescovi, citado por el diario local Estado de Minas.
"Estamos inspeccionando, instalamos radares. Identificamos la necesidad de reparaciones", añadió Vescovi en una conferencia de prensa conjunta con los presidentes de BHP Billiton y Vale, que inspeccionaron esta mañana la devastación causada por el deslave.
Las actividades de Samarco en Minas Gerais han sido suspendidas y la empresa -décima exportadora de Brasil- ha colocado en licencia paga al 85% de sus empleados en ese estado y en el vecino Espirito Santo.
Solo en la unidad industrial de Germano afectada por la tragedia Samarco emplea a más de 1.500 personas.
"Afectados"
Andrew Mackenzie, presidente de BHP, Murilo Ferreira, de Vale, y Vescovi visitaron los dos diques que cedieron y también el de Germano que está en obras, todos construidos para albergar residuos de la extracción de mineral de hierro.
También se reunieron con autoridades locales y equipos de emergencia de su joint-venture en momentos en que crece la presión para que las dueñas de Samarco asuman su responsabilidad.
"Fuimos afectados por la devastación en Bento Rodrigues y sus alrededores. No podemos reconstruir las vidas de las familias que perdieron a sus seres queridos, pero redoblamos nuestro compromiso con Samarco en apoyar sus esfuerzos de respuesta", dijeron Mackenzie y Ferreira en un comunicado conjunto tras su visita.
Ambos se comprometieron a ayudar a Samarco a crear un fondo de emergencia para trabajos de reconstrucción y para ayudar a las familias y a las comunidades afectadas, que será implementado "lo más brevemente posible" en coordinación con las autoridades. El valor del fondo no fue definido aún.
Los presidentes de BHP y Vale destacaron que expertos en salud, seguridad, medio ambiente y geotecnia de las dos empresas están asistiendo a Samarco y que están discutiendo apoyo adicional. Prometieron trasladar a los desalojados de hoteles a casas o apartamentos, como pide la fiscalía de Minas Gerais, y asistir en la reconstrucción del pueblo en el mismo lugar o en otro a definir.
Ambos ejecutivos mostraron interés en que Samarco retome si es posible algún día las operaciones, e insistieron en la necesidad de tener una visión a largo plazo.
El desastre, considerado una de las mayores tragedias mineras en la historia de Brasil, enterró en pocos minutos al poblado de Bento Rodrigues.
La masa fangosa con residuos de mineral de hierro continuó su camino 450 km hasta el estado de Espirito Santo y avanza hacia el mar a través de la cuenca del río Doce, que tiene 23 ciudades en sus márgenes, inundando comunidades a su paso, destruyendo cultivos y matando peces, tortugas y otros animales.
El abastecimiento de agua en muchos municipios de Minas Gerais y Espirito Santo ha sido suspendido y los expertos consideran que los daños ambientales de la tragedia son enormes.
El desastre derribó el precio de las acciones de BHP y Vale en bolsa.
Las agencias de calificación Moody's y Fitch rebajaron la nota de Samarco y expresaron su inquietud sobre una menor producción de mineral de hierro tras el accidente, así como con la posibilidad de que la compañía sea procesada por daños civiles y ambientales y reciba enormes multas.
Analistas de Deustche Bank pronostican que Samarco "podría estar cerrada durante años y el coste de la limpieza podría superar los 1.000 millones de dólares".
Mariana | AFP