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CCC, ¡Cuesta abajo!
Es hora de parar la medianía, la corrupción y la tolerancia a la violación de la ley y de los estatutos de las organizaciones, que hacen los desafiantes directivos.
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Jueves, 22 de Abril de 2021

“Ahora cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas,  no me las puedo arrancar”. Carlos Gardel.

Pero la situación actual y gráfica de la reyerta en la Cámara de Comercio de Cúcuta, es el primer verso del tango: “arrastré por este mundo, la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser”. Pues en la historia quedó el símbolo de la honorabilidad, la prestancia y la representación auténtica de nuestro talante del haber sido; y ahora solo queda  el dolor de ya no ser.

Y es absurdo, pues hay mucha historia desde el Decreto 1807 del 29 de octubre de 1905 de la firma del presidente  Reyes, que creó la Cámara de Comercio de Cúcuta conformada por dos alemanes, un italiano, un sirio, un venezolano y once raizales cucuteños: Suárez, Cogollo, Cabrera, Soto, Berti, Fernández, Faccini, Pacheco, Estrada, Peralta, Ruiz y la elección de su primer presidente Don Manuel Guillermo Cabrera I. 

Lo más grave es la anuencia en esa tropelía, de la Superintendencia de Industria y Comercio con esta directiva mediana, en un duelo de ineptitudes, como en la película del oeste de J. Sturges-gunfiht-: duelo de titanes, o un duelo de dos tipos de moral en su corral.

El duelo de la Dirección de Vigilancia de la Cámaras de Comercio que lidera Claudia Nina Zuluaga Isaza con omisiones y la inepta directiva local y sus torpes acciones . La primera que no sabe imponer el “imperium de la ley” y la segunda minada por el clientelismo, el desconocimiento de su función y la corrupción.

La directora Zuluaga Isaza por mandato de la ley   debe imponer las sanciones conforme al Decreto 4886 Artículo 10 .3.9  de 2011 y los estatutos claros de la CCC, que prohíbe a sus directivos contratar, no solo imponiendo multas, sino suspendiendo o cerrando la entidad, para volver a comenzar y por violar los mismos.   Sí, Claudia Nina ni vigila ni sanciona ni examina el régimen de inhabilidades de los directivos de la CCC  lo cual resulta extraño pues lleva 11 años en esa Superintendencia. Para colmo de males esa ley le impone 19 actividades más.  

No es de recibo el simplismo de la información de Zuluaga Isaza  que nos dio el viernes 16 de abril que corre, en la cual simplemente advierte al desafiante de la ley, Latiff Gómez, cuando omite a sabiendas, que  debe imponer las sanciones  inmediatas a todos los responsables, incluidas la compulsación de copias por la comisión de infracciones penales notorias.

Firmado el contrato de marras que signó Armando Peña, con inicio o sin inicio, con renuncia o sin renuncia se quebrantó la ley y los estatutos. Es hora de parar la medianía, la corrupción y la tolerancia a la violación de la ley y de los estatutos de las organizaciones, que hacen los desafiantes directivos.

Tiene la palabra la doctora  Claudia Nina Zuluaga ejerciendo sus funciones sin temores, y los órganos de control en especial la Fiscalía General de la Nación y su gestión de oficiosa.  

Adenda: ¿En qué irá el diseño institucional del municipio de Cúcuta? Si al menos hiciera esto, Jairo Tomás pasaría a la historia de la ciudad. 

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