En el primer encuentro cocalero del Catatumbo que se desarrolló en El Tarra, el presidente Gustavo Petro reveló ayer su propuesta para que los campesinos que se dedican a cultivar esa planta puedan seguirla cosechando mientras exploran qué otros cultivos les funcionan.

En su segunda visita a esa localidad, el jefe de Estado intervino ante más de 5.000 personas que le expusieron al Gobierno Nacional diversas alternativas de cara a un nuevo modelo productivo viable, sostenible y legal en torno a los cultivos de coca.

“Es establecer la gradualidad en la medida en que va funcionando el cultivo alternativo van disminuyendo los cultivos de la hoja de coca del campesino”, precisó Petro.

Según él, de lo que se trata es de establecer un periodo “donde conviven ambos hasta que podamos lograr que el cultivo sustituto sea igual o, por lo menos, con unos niveles de rentabilidad que garanticen el nivel de vida de esa familia campesina”.

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Al profundizar en su iniciativa, indicó que “se debe diseñar un programa para que un campesino pueda seguir con la hoja de coca mientras funcione el cultivo sustitutivo”, que en este caso podría ser el cacao, por ejemplo.

Y anticipándose a las críticas, Petro agregó: “nos van a decir que conviven con ese satán, no, convivimos con la realidad, no solamente no cometer los errores del pasado, se puede hacer con un proceso de diálogo”.

En el trazado inicial de lo que se será la política de su gobierno en ese campo, manifestó que “la producción de la sustitución de cultivos en bruto debe convertirse en industria, no solo es plantar hoja de cacao sino que tiene que haber una chocolatería en la misma región”.

En el Catatumbo las últimas estadísticas señalan que existe un área de 40.000 hectáreas sembradas con hoja de coca.

La universidad

De otra parte, el presidente Gustavo Petro anunció que en abril del año entrante comenzará la construcción de Universidad del Catatumbo, a la cual consideró como un pilar para avanzar en la paz total.

Para hacer realidad el proyecto del Complejo de Educación Técnica, Tecnológica y Superior del Catatumbo, ratificó la asignación de $39.000 millones.

“Los programas deben ser pactados por ustedes, porque es lo que necesita el territorio; lo que hay que enseñar y aprender”, recalcó y agregó que el objetivo del Gobierno es que en el primer año el complejo educativo cuente con 3.500 estudiantes y se proyecta que en el quinto año acoja a 17.000 jóvenes.

Petro subrayó que la universidad se rá una opción de estudio para los jóvenes de la región y un instrumento para alejarlos de la ilegalidad.

“¿Cómo vamos a salir de una economía ilegal si la juventud no tiene perspectivas?, si su única opción es que los contraten por uno o dos millones de pesos para portar un fusil, para matar a otro joven”, manifestó y recordó que en agosto pasado, luego de un consejo de seguridad, se comprometió a sacar adelante esta iniciativa.

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Sobre el particular, enfatizó en que la proyectada alma máter “va a ser la alternativa de la paz, va a ser un pilar para la construcción de la paz total en la región”.

En ese contexto, el presidente instó a la comunidad del Catatumbo a hacerle seguimiento al cumplimiento del proyecto y a cuidar los recursos, porque “los beneficiados serán los jóvenes y los niños, que una vez tengan la edad puedan entrar a estudiar lo que quieran”.

Jóvenes en paz

También anunció que en 2023 se pondrá en marcha el programa Jóvenes en Paz en el Catatumbo, inicialmente con 1.500 muchachos y muchachas, el cual será financiado con recursos de la reforma tributaria.

 “Queremos que esta juventud que hoy crece fuera de la guerra, que no aprenda ya cómo es que se dispara, sino cómo es que se lee”, señaló.

También reiteró la construcción de la vía Ocaña-Tibú, proyecto que permitirá convertir a esta región en potencia productora de alimentos.

“Esa carretera se convertirá en un pilar para que esta zona, que hoy ostenta el título de la primera productora de cocaína del mundo, pueda convertirse en una de las primeras productoras de alimentos de la sociedad latinoamericana y colombiana y producir alimentos industrializados”, expresó. 

Igualmente, consideró necesario ampliar la selva del Catatumbo, incluso, extendiendo la zona de reserva si es necesario y permitir que los indígenas reciban pagos por cuidar esa área.

Al respecto, no descartó “que se haga un pacto entre los indígenas y el campesinado en la región, de tal manera que el campesinado y los indígenas puedan recibir pagos por cuidar la selva”.

En ese sentido, Petro concluyó: “Llegó un momento en donde este Gobierno sea capaz de abrir las perspectivas a todos aquellos y aquellas que aún insisten en la violencia, llegó el momento de la Paz Total, hagamos del Catatumbo una región poderosa en términos de su pueblo y de su vida, que sea vanguardia de lo que necesita la historia de Colombia”.

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