Aunque vivir en un sitio que se llame La Isla puede que evoque espacios agradables y  de confort, en Cúcuta el único sitio con ese nombre queda en medio de la pestilencia. 

Según Jaime Ballesteros, presidente de la junta de acción comunal de La Isla, recientemente su comunidad se dio a conocer, porque los niños cruzan por un rudimentario puente de madera para llegar a clases. 

Es lamentable y peligroso que los estudiantes del colegio El Rodeo crucen por el peligroso puente, dice, pero lo que más preocupa es que  se está desequilibrando la única escuela del sector, por la no canalización de un caño. 

“Es complicada la situación  del asentamiento urbano La Isla, por ese bendito caño”, dice Ballesteros, quien señala que vive en el único asentamiento que no tiene entradas o salidas seguras, porque sus puentes, construidos por los habitantes, no tienen garantía de que no se caigan. 

Si se quiere entrar o salir a La Isla en auto, es mejor hacerlo con cuidado, porque el paso es muy estrecho; si se quiere usar el puente  peatonal, es más peligroso, porque además se tambalea con el peso de un adulto. 

“Para nosotros, el peor enemigo es el caño, problema que se podría evitar si las autoridades ponen definitivamente los recursos para canalizar ese paso de aguas negras”, reniega el líder, quien ruega a la alcaldía que le echen un vistazo al sector.

Pero, en ese enemigo todos confían para cruzar el peligro.

Todos los días, desde las 6 a. m., una romería de niños y de papás cruza  el puente en madera haciendo equilibrio para no caer; el paso se repite al mediodí,a cuando los niños regresan a casa. 

Ballesteros pide a la alcaldía que se hagan dos puentes, uno para carros y otro peatonal, para 108 familias y 400 niños que van a la  Institución educativa El Rodeo. 

Para la comunidad educativa es preocupante que estudiantes arriesguen sus vidas, sobretodo en temporada de lluvias, porque las crecidas ya se han llevado dos puentes que tienen las personas para salir del sector. 

Pero el problema no solo es de la gente, debido a que el caño también está poniendo en riesgo  la estabilidad del colegio, dice el rector Édgar Orlando Ramírez.

Según el coordinador del colegio, Milton González, la institución educativa tiene un problema por el vertimiento de aguas residuales cerca a sus terrenos, lo cual a hecho que se pongan inestables y ponga en riesgo a los niños. 

El caño que pasa por un lado de la escuela viene afectando algunas aulas, no solo porque hacen que se expanda el terreno arcilloso, generando problemas de estabilidad, sino porque también pululan los malos olores. 

Hay varias aulas agrietadas, especialmente la sala de sistemas , que presenta roturas en los muros,  hay pisos agrietados, pero lo más preocupante son los muros. 

*La Opinión