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El enredo tras el homicidio del líder social ‘Coquí’ Solano
Hace casi dos meses las autoridades señalaron que “por fin cayó” el verdadero asesino del líder social.
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Cristian Herrera
Domingo, 4 de Abril de 2021


Pareciera que la investigación sobre el homicidio del reconocido líder social de Ocaña Jorge Luis Solano Vega se hubiera convertido en el guion de una ‘novela de ciencia ficción’, donde la trama se enreda cada vez más a medida que va pasando el tiempo de narración y todo apunta a que su verdadero final, para conocer quién ordenó su muerte, y que es muy esperado por amigos, familiares y allegados de la víctima, está muy lejos de llegar.

Así se siente todo cada vez que se conoce alguna acción o captura por parte del grupo élite que la Fiscalía designó para ‘cazar’ a los responsables de este asesinato, que se perpetró el pasado 3 de noviembre a dos cuadras del parque principal de Ocaña, estremeciendo a gran parte de esta población.

Esta dramática y convulsionada historia arrancó con su primer capítulo en esa fecha de 2020, a la 1:07 de la tarde, después de que al menos cuatro disparos retumbaron en gran parte del centro de esta población del Catatumbo. Minutos después un mensaje de WhatsApp aseguraba que ‘Coquí’ Solano había sido asesinado en la entrada de su casa, ubicada en el sector Miraflores.

El lugar se llenó de policías y es que no era para menos, pues Solano Vega era muy conocido entre los ocañeros por las constantes denuncias de corrupción que hacía y que le habían generado amenazas contra su vida. por ello, tenía un esquema de seguridad conformado por dos escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y una camioneta convencional.

‘Coquí’, como le decían de cariño, usó las redes sociales, especialmente Facebook, para hacerse sentir y que todo el mundo se enterara de que en Ocaña se cometían actos de corrupción. Él denunció a varios políticos y al gerente del hospital Emiro Quintero Cañizares, para ese entonces, Jairo Pinzón López. Es más, el defensor de derechos humanos publicó varios videos donde daba a entender  que si le pasaba algo, este funcionario sería el responsable. Todo eso está en manos de la Fiscalía.

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El grupo élite se dedicó a analizar en detalle esas denuncias. Al otro día del crimen, los investigadores decidieron iniciar un ‘barrido’ por la zona donde se presentó el hecho y al notar que en el lugar habían cámaras de seguridad, solicitaron la entrega de los videos para establecer quién disparó. Así obtuvieron 60 horas de imágenes.

Con estos videos las autoridades pudieron tener muchos más detalles del homicida que vestía camiseta gris, yin, zapatos tenis blancos y gorra gris o blanca. Además, según los videos, portaba un tapabocas de color negro y en una de sus manos llevaba una carpeta o sobre amarillo, donde escondía el arma que usó.

También se enteraron de las rutas que tomó el pistolero al momento de llegar donde su víctima y cuando huyó a pie. Además, obtuvieron algunas características físicas que luego fueron corroboradas por unos vecinos del líder social.

En las indagaciones, la Fiscalía también conoció varias versiones de los vecinos de ‘Coquí’ Solano que señalaban que cinco días antes de su muerte un hombre y una mujer estuvieron por el sector, buscando una casa para alquilar, preguntando sobre él, pues el objetivo de la indagación era establecer exactamente cuál era su vivienda.

Carlos Daniel Pinzón Ramírez y Luis López Delgado son señalados de haber participado en el homicidio de Jorge Solano, hecho ocurrido el 3 de noviembre de 2020.

Segundo capítulo: ‘La captura de ‘El Burro’

No habían transcurrido ocho días del homicidio del Jorge Solano cuando, sorprendentemente, el grupo élite de la Fiscalía ya tenía en la mira a Jhon Freddy Espinosa Álvarez, quien, según un testigo que se acercó a las autoridades, era el presunto asesino.

Ese testimonio les indicaba a los investigadores que este hombre se habría reunido con otras personas a planear el ataque sicarial y que él habría estado días antes recorriendo el sector Miraflores, tratando de saber cuál era la casa de Jorge Solano. Esto le sirvió a la Fiscalía para solicitar ante una jueza el aval para su captura.

El supuesto testigo les aseguró a las autoridades que, “él ha estado capturado varias veces en Bogotá y otras partes, y ahora último tenía casa por cárcel en Medellín, pero unas semanas antes de que mataran al señor Jorge Solano lo vi reunido con unos tipos sospechosos acá en Ocaña, eso fue como el 16 o 19 de octubre. Él tiene como 37 años, es de tez trigueña, cabello un poquito largo, es delgado y como ha estado viviendo en varios lados, tiene un acento entre ocañero, caleño y paisa”.

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El ente acusador también vio que Espinosa Álvarez tenía un enorme expediente delictivo, lo que ayudó a que las sospechas se hicieran más fuertes en contra de él. Por eso, cuando la jueza analizó detalladamente el material probatorio que presentó el ente acusador, no dudó en emitir la orden de captura que hicieron efectiva muy temprano en la mañana del 11 de noviembre de 2020, justo ocho días después del lamentable crimen de Solano Vega.

Luego de dos días de la detención, una jueza de Cúcuta validó el procedimiento judicial y envió a la cárcel a Jhon Espinosa Álvarez, alias ‘El Burro’, sindicado del asesinato de ‘Coquí’ Solano, pese a que él alegó que nada tenía que ver y su abogado mostró algunas pruebas desvirtuando el señalamiento de la Fiscalía.

La decisión de enviarlo a prisión fue apelada y 105 días después el juez Octavo Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías ordenó su libertad, porque los abogados de ‘El Burro’ lograron demostrar que él no tenía nada que ver y era inocente dela imputación en su contra.

El error fue tan grave que el mismo juez le ofreció disculpas a Espinosa Álvarez, diciéndole: “no se compadece que en un país tan violento, con altos índices de impunidad, a veces no se haga el trabajo de indagación e investigación… Muchas veces se pasa la información de Policía Judicial sin hacerle un tamiz y se le cree y se comienza a actuar en contra de determinadas personas”.

El juez agregó: “nadie me lo está pidiendo ni ordenando, pero señor Jhon Freddy, este juez le ofrece disculpas porque lo señalaron de una conducta gravísima y fue privada su libertad y se le afectó su familia y su honra, todo porque dos individuos, bajo reserva de identidad, manifestaron que se les parecía y no se indagó más, no se profundizó en la investigación”.

 Jhon Fredy Espinoza permaneció 105 días en la cárcel, señalado de ser el homicida de Jorge Solano.

Tercer capítulo: ‘Otras dos capturas’

Pero antes de que se conociera que Jhon Álvarez quedaría libre de los cargos que le estaban imputando por el homicidio del defensor de derechos humanos, esta historia dio otro giro y generó un nuevo capítulo. El  pasado 11 de febrero la Fiscalía capturó a Carlos Daniel Pinzón Ramírez, alias ‘Ñingui’, y a Luis López Delgado, sindicados de ser los coautores de este asesinato.

Otro testigo ‘estrella’ de la Fiscalía llegó el 2 de diciembre de 2020 al Búnker en Cúcuta y les aseguró a los funcionarios judiciales que él tenía muchos detalles de este suceso y que quería colaborar con la justicia para que no quedara impune. El ente acusador de inmediato lo escuchó.

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Lo primero que dijo el supuesto testigo es que Carlos Pinzón y Luis López fueron contratados para hacerle inteligencia a Jorge Solano Vega y de buscar al sicario, y que para cumplir con esa ‘misión’ les pagaron $40 millones. Pero lo más sorprendente fue cuando este hombre afirmó que quien dio el dinero fue Jairo Pinzón López, exgerente del hospital Emiro Quintero Cañizares, y que esta persona también les habría entregado un revólver calibre 32 para que cumplieran con el homicidio.

Además, el ‘colaborador’ le reveló a la Fiscalía detalles muy precisos de cómo se planeó el asesinato, con horas y fechas, pero siempre hablando de Carlos Pinzón y Luis López. Luego de más de tres horas de entrevista, a uno de los investigadores se le hizo muy extraño que este hombre supiera tanto, que no se hubiese involucrado directamente y por eso decidió indagar más sobre él.

El testigo también reveló que Carlos Pinzón Ramírez trabajó para el exgerente del hospital de Ocaña y su hermano, como chofer, y que al tener tanta confianza con ellos por eso lo buscaron para que llevara a cabo el macabro plan.

Después de entregar toda esa información bajo reserva, la Fiscalía decidió incluir al informante en el programa de protección a testigos, enviándolo a Ibagué (Tolima) donde disfrutaba de varios beneficios.

Jairo Pinzón - Exgerente del Hospital de Ocaña

Cuarto capítulo: ‘De testigo a asesino’

Pero con lo que no contaba el testigo ‘estrella’ es que Luis López, quien resultó ser su tío, al ver lo que sucedió, decidió colaborar con la justicia y contar cómo se había organizado el crimen de ‘Coquí’ Solano, confirmando que, según su cómplice Carlos Pinzón, quien habría pagado $40 millones para ejecutar el plan fue el hoy exgerente del hospital de Ocaña, Jairo Pinzón.

Además, López Delgado les indicó a los investigadores que quien disparó contra el líder social fue su sobrino, Víctor Manuel López Manosalva, precisamente aquel hombre que se había convertido en el testigo ‘estrella’ de la Fiscalía y que gozaba de protección.

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En ese instante el grupo élite confirmó la sospecha que tenía en contra de este hombre, pues lo tenían en la mira porque al verificar sus antecedentes, descubrieron que entre los procesos penales que tenía figuraba su participación en las ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos que ocurrieron en Ocaña y que, además, había estado en prisión pero al acogerse ante la Justicia Espacial para la Paz (JEP) recobró la libertad.

López Manosalva aprovechó esa oportunidad que le dio la JEP para salir de la cárcel y cometió el asesinato de Jorge Solano. Además, según la investigación, se habría quedado con la mitad del dinero que pagaron sin dejarle algo a su tío y también habría llamado a extorsionar a Carlos Pinzón y a Jairo Pinzón López para no delatarlos.

Como no le dieron dinero, López Manosalva se trasladó al Búnker de la Fiscalía, en Cúcuta, y contó su versión del hecho narrando detalles que solo lo favorecían a él.

Luis López Delgado les afirmó a los investigadores que su sobrino ejecutó el plan porque después de varios días de buscar a un sicario para que cometiera el asesinato, sin hallar a nadie porque los consultados sabían que el hecho les implicaría estar activos en el radar de las autoridades y podrían ser capturados rápidamente. Por eso, Víctor López aceptó el encargo y le argumentó a su tío que no se preocupara porque él ya había manejado armas.

Al tener este testimonio contra su testigo ‘estrella’, la Fiscalía recopiló material probatorio en contra de Víctor López y optó por mostrarles algunas fotografías a los vecinos de Solano Vega, quienes aseguraron que días antes del asesinato un hombre y una mujer estuvieron preguntando por él.

Al ver el rostro de López Manosalva las personas lo habrían identificado, a pesar de que hicieron lo mismo cuando las autoridades iban detrás de Jhon Espinosa Álvarez. Los investigadores también hicieron un reconocimiento por medio de los videos que tenían del antes y después del crimen.

Al parecer, las autoridades también tendrían algunas llamadas y mensajes que vincularían directamente a López Manosalva al asesinato del defensor de derechos humanos. Con todas estas pruebas, la Fiscalía se presentó ante un juez y solicitó la orden de captura, la cual fue avalada y la hicieron efectiva el 21 de febrero.

Víctor Manuel López Manosalva fue llevado ante la jueza Primera Penal Municipal con funciones de control de garantías ambulante de Cúcuta, quien después de comprobar el material probatorio de la Fiscalía, decidió enviarlo de inmediato a prisión en Bogotá, donde permanecerá mientras avanza el juicio de esta ‘novela de ciencia ficción’.

Este caso, hasta el momento, no tiene un final feliz como lo están esperando familiares y amigos de Jorge Solano, pues ellos quieren que la Fiscalía detenga al autor intelectual y a quien pagó por el asesinato del líder social, porque como lo dijo en algunas oportunidades la víctima y lo señalaron dos de los tres detenidos que hoy están en la cárcel, sería Jairo Pinzón, pero desde que ocurrió el hecho el exgerente del hospital de Ocaña ha negado cualquier vínculo con el asesinato e insiste en que todo se trata de un montaje que le están haciendo sus detractores.

Por eso, por ahora, esta historia continuará…

Prólogo: Una historia con mucha trama

La historia del homicidio de Jorge Solano Vega ha resultado más compleja de lo que muchos pensaron. Y es que aunque la Fiscalía tiene un grupo élite trabajando solo en esta investigación, las pesquisas han resultado muy enredadas y esto podría llevar a que se diera un revés en todo lo conseguido hasta ahora.

La Opinión consultó al abogado penalista Gustavo Sabogal para hacer un análisis de este caso y nos indicó que el juez de conocimiento que asuma este juicio tendrá que analizar muy bien las pruebas que le presente la Fiscalía contra los capturados.

“Los testimonios que recopilaron los investigadores deben ser coherentes, claros y concatenados, además de estar muy bien sustentados y corroborados con otro material probatorio para que les dé fuerza, en lo que ha denominado la jurisprudencia colombiana como ‘corroboración periférica’, porque solo con escuchar a unos y otros acusándose (prueba testimonial), muy posiblemente no permitirá al juez soportar una condena, porque los abogados defensores tendrán también sus pruebas para contradecir y desvirtuar las de la Fiscalía”, señaló Sabogal.

El reconocido abogado agregó que: “cuando el muchacho (Víctor López) llegó a contarle a la Fiscalía todos esos detalles, los investigadores tuvieron de inmediato que sospechar de él al conocer tanta minucia, solo una persona que estuvo involucrada en el hecho podría conocer esos detalles íntimos del crimen, pero como la Fiscalía no le ofreció acogerse a un principio de oportunidad y optó por tratarlo como un testigo, permitió que posteriormente el mismo ente acusador, ahora accione en contra de este testigo, vinculándolo al proceso como presunto autor responsable penalmente, debido a que ha sido señalado como partícipe del hecho por los demás capturados”.

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El jurista consideró que una posibilidad es que el señor López Manosalva haya acudido a las autoridades como testigo tratando de evadir su responsabilidad en el hecho, culpando a su tío y al otro hombre que fueron capturados y que hoy, uno de ellos, señala a Víctor Manuel como autor del homicidio.

“Pero también se puede llegar a pensar que el tío (Luis López) culpa al muchacho (Víctor López) en retaliación porque fue él quien lo llevó a la cárcel, por eso la Fiscalía debe tener más pruebas para comprobar su teoría del caso y vencer a la defensa, solo así el juez podría proferir condena”, explicó Gustavo Sabogal

Añadió: “pero todo esto se podrá saber en la etapa de juicio, cuando el ente acusador debe mostrar todo el material probatorio que tiene en contra de los acusados y probar su teoría del caso ante el Juez de Conocimiento, ahí es donde se debe probar con el mayor grado de certeza la responsabilidad penal de los acusados, porque ante una duda razonable, el juez no podría proferir una sentencia condenatoria y tendría que ordenar la libertad de estos”.

El abogado Gustavo Sabogal señaló que, precisamente, estas contradicciones entre los testimonios dentro del proceso no estarían permitiendo que la Fiscalía avance rápidamente contra el presunto autor intelectual que han señalado dos de los tres capturados.

“El Fiscal no puede solicitar la detención del señalado (Jairo Pinzón) por un testimonio directo y otro de oídas, porque de apresurarse corre el riesgo de que muy posiblemente la defensa del presunto autor intelectual se base en esa situación que se está dando entre las acusaciones contradictorias de tío y sobrino, que no solo generan duda, sino que debilitan sus dichos, llegando incluso a pensarse que al menos uno de ellos (Luis López) con su testimonio, buscaría perjudicar a un tercero, además de que los testimonios serían refutados  y los podría hacer ver como testigos mentirosos presentados por la Fiscalía”, puntualizó el experto en derecho.

Por último, Gustavo Sabogal aseguró que el ente investigador tiene como principal objetivo, en este momento, corroborar los testimonios existentes con los demás medios de prueba que va a utilizar en juicio, y solo después de convencerse de cuál fue la real ocurrencia de los hechos y la responsabilidad de los partícipes, podrá presentar una teoría del caso que eventualmente lleve a una condena. 

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