"Todos estamos en la lucha"
La frontera sur de Estados Unidos está cerrada a migrantes sin visa desde hace más de dos años bajo una controvertida medida sanitaria lanzada por el expresidente Donald Trump durante la pandemia.
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El llamado título 42 impide a solicitantes de asilo a presentarse ante las puertas de entrada de Estados Unidos, por lo que muchos se entregan a las autoridades en las brechas de los más de 3.000 km de muro fronterizo.
Después de una batalla legal, la medida debe ser removida a la medianoche del 20 de diciembre. Autoridades locales en Texas, Arizona, Nuevo México y California especulan que la frontera y el sistema migratorio de Estados Unidos será puesto a prueba.
Expertos aplauden el fin de la aplicación de la medida, la que consideran discriminatoria.
"Aquí estamos todos en la lucha, lo que queremos es trabajar, es una oportunidad", dijo un venezolano que cruzó a El Paso de forma ilegal, evitando a las autoridades, para no ser devuelto bajo la aplicación del título 42.
"Ellos me han enseñado a valorizar más lo que el Señor me ha dado", cuenta Rosa Falcón mientras muestra fotos de los cientos de personas que ha albergado en estos cinco meses de trabajo voluntario.
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Con su carro, y ayudada por su mamá, su hija y su yerno, Falcón acomoda entre cuatro y cinco migrantes en la sala de su casa cada noche, además de ofrecerles comida y, a veces, ropa.
"No me da miedo [recibirlos]. Estoy confiada en el Señor", dice la devota cristiana.
"A pesar que no los conozco, los siento parte de mi familia", dice mientras su teléfono dispara notificaciones por su operativo de acogida. Falcón sustenta todo con recursos propios, y a cambio sólo pide oraciones. "Ellos son mi bendición".
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