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Táchira
Enfermar de COVID-19 en Venezuela "es una tragedia”
Falta personal médico, escasea el oxígeno de tanque y es difícil tener acceso a los tratamientos.
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Eilyn Cardozo
Sábado, 23 de Enero de 2021

La emergencia humanitaria compleja que agobia a Venezuela, ha hecho especial mella en la calidad de los servicios de salud, que se han visto forzados a enfrentar la pandemia mundial por la COVID-19, con una limitada capacidad de respuesta, recursos inexistentes y una marcada ausencia de personal de salud.

“Enfermar de COVID en San Cristóbal es una tragedia”, dijo Jesús Peñaloza, cuyo padre falleció en el Hospital Central de San Cristóbal, tras 12 días de luchar contra el virus.

Relató que pese a los esfuerzos de la familia, no lograron ubicar un proveedor de oxígeno con disponibilidad para instalar un equipo casero que les permitiera mantener a su padre hospitalizado en casa, por lo que se vieron forzados a sacarlo a un centro público de salud, ya que el costo de una hospitalización privada resultaba inalcanzable para la familia.

No tenemos disponibilidad, nos decían tras cada llamada para tratar de conseguirle oxígeno a domicilio, y entonces, a las seis de la tarde decidimos sacarlo para el hospital”, relata al tiempo de agregar que la primera opción, por ser la más cercana, fue el Hospital de los Seguros Sociales.

 “Allí, después de esperar más de una hora para que lo atendieran, nos dijeron que no tenían camas disponibles y lo remitieron al hospital central”, dijo.

“Cuando llegamos al central, ingresamos por el módulo de triaje que funciona en una carpa donada por ACNUR, y luego de revisarlo, inmediatamente ordenaron que fuera hospitalizado. Mi papá ocupó esa noche la última cama disponible para pacientes COVID en todo el estado Táchira”, continuó el joven de 25 años de edad, cuyo padre falleció tras 10 días de hospitalización.

Destacó la ausencia casi absoluta de personal de enfermería y la falta de aplicación oportuna de los tratamientos, derivada de esta situación, como uno de los principales obstáculos para la recuperación de los pacientes, a lo largo de su experiencia. 

Las autoridades del Central han manifestado en reiteradas oportunidades que al menos 80% del personal de salud ha abandonado sus cargos en los últimos 2 años y han debido apelar al auxilio internacional para, mediante fundaciones, contratar personal sustituto en medio de la pandemia.

La Fundación Juan de Dios es la encargada de desarrollar esta labor, Francis de Leones, presidenta de la organización, señaló que mediante un acuerdo con las autoridades del Hospital Central lograron aumentar la cantidad de personal en la zona de aislamiento, aunque reconoce que en los servicios recientemente abiertos, el número de enfermeros aún es insuficiente y que muchos de ellos, luego de cumplir su jornada en las áreas COVID, son requeridos para apoyar otros servicios, donde no hay personal de enfermería.

Régulo Lobo, Director del Hospital Central de San Cristóbal, afirmó que durante el 2020 fueron hospitalizados en este centro asistencial, que funge como el principal hospital centinela para el cuidado de personas afectadas por la COVID-19, un total de 1.290 pacientes; mientras otros 3.663 con patologías asociadas a la pandemia, fueron atendidos en el centro de triaje.

El sábado 16 de enero, la capacidad de hospitalización, tanto del Central de San Cristóbal como del Hospital del Seguro Social, se encontraban a tope, y los pacientes que acudían con sintomatología COVID debían devolverse a sus casas, prescripción médica en mano, y procurar una bombona de oxígeno para aguardar el desarrollo de su evolución.

Jaiberth Zambrano, director regional de Protección Civil, dijo que en los primeros 20 días de 2021 se habían realizado 116 traslados de emergencia, el 93% de los cuales correspondió a pacientes con patologías respiratoria compatible con la COVID-19. “Lamentándolo mucho hemos trasladado pacientes que han fallecido llegando al Hospital Central de San Cristóbal”, apuntó.

No cuadran las cuentas

Según el más reciente reporte, ofrecido el 21 de enero por Amelia Fressel, Autoridad Única de Salud del estado Táchira, desde el inicio de la pandemia se habían registrado 4.835 contagios y 159 fallecidos confirmados por COVID-19 tras recibir resultados positivos en la prueba PCR.

Sin embargo, los demás decesos que se registran en los diferentes centros asistenciales, no van dentro de las estadísticas oficiales.

“Sí han fallecido personas pero que no tienen resultado de PCR, porque son aquellos que se han quedado en su casa, que llegan tarde y no se les ha podido realizar la prueba porque ha pasado el tiempo y pueden ser casos positivos, pero no tienen un diagnóstico. Puedo asumirlo por clínica, pero no puedo dar un diagnóstico completo”, precisó Fressel.

La gobernadora del Táchira alertó respecto el incremento de casos, que la entidad pasó de atender en junio de 2020, 100 pacientes COVID en toda la red hospitalaria del Táchira, a 10.500 personas con sintomatología asociada a la pandemia en los 6 hospitales destinados para ellos en la entidad.

El exgobernador de la entidad, César Pérez Vivas, aseguró el pasado 9 de enero a través de su cuenta de  tuiter  que “el COVID-19 está causando estragos en Táchira. Solo en el Hospital Central de San Cristóbal, ayer,  hubo 13 fallecidos de 7 a.m. a 7 p.m. Un fallecido cada hora. L2a dictadura oculta estas cifras. Estamos en una emergencia”.

Los trabajadores de los servicios funerarios apostados a las afueras de la morgue COVID del Hospital Central de San Cristóbal, aunque declinaron identificarse, ratificaron lo afirmado por el mandatario y agregaron que durante las primeras 2 semanas de 2021, el promedio de muertes diarias en esa institución de salud se ubica entre 10 y 13 personas por día.

La solidaridad

Ante la falta de personal médico y asistencial que impera en los centros de salud, y el incremento en los contagios que mantiene a tope las cifras de ocupación, las redes sociales han servido como vehículos para llevar la solidaridad hasta los hogares de quienes convierten su casa en un hospital para tratarse contra la COVID.

La doctora Amparo Mora es internista, y además de trabajar en la red de salud pública del Táchira, ofrece sus conocimientos de manera desinteresada, a cuantos pacientes acuden a ella en busca de asesoría para combatir los síntomas del nuevo coronavirus. “Mira la cuenta de los pacientes no la llevo, creo que la perdí de tantos que han sido”, dijo interrogada sobre el alcance de su trabajo a través de las redes.

Y es que Mora, como muchos otros médicos, usan sus datos, sus teléfonos personales, su conocimiento y su vocación de servicio, para evaluar radiografías, tomografías, resultados de análisis de laboratorio y descripciones generales de la sintomatología, de un número cada vez mayor de pacientes que se encuentran en sus casos, desorientados y asustados al darse cuenta de que van presentando síntomas asociados a la pandemia que ha contagiado a miles de millones de personas a nivel mundial, y cobrado millones de vidas.

Otros, como el doctor Freddy Castro, apoyan en la distancia a amigos, familiares y allegados afectados por la pandemia. Dice que lo que más les preocupa, es el costo de las medicinas.

Uno atiende a pacientes a distancia para ayudar a mayor cantidad de personas a ahorrarse los costos de honorarios médicos, porque el tratamiento COVID es sumamente costoso, una ampolla de ceftriaxona cuesta cuatro millones de bolívares (8 mil pesos) y se deben colocar dos diarias, el clexane para ayudar a evitar los coágulos, cuesta otros 50 mil pesos y también son dos diarias, además de las vitaminas, los antibióticos -escasos y con precios astronómicos-. ¿Cómo paga eso una familia con un sueldo mínimo de 2,400,000  bolívares?", reflexionó el galeno.
 

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