Una combinación de altas temperaturas por el cambio climático y de acumulación de toxinas en los riñones apunta como la causa de una epidemia de enfermedades renales en trabajadores agrícolas y jornaleros a nivel global, afirman expertos de Colorado.
Según información difundida este jueves por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Colorado en Denver, la "nefropatía mesoamericana" afecta principalmente a operarios agrícolas en plantaciones de caña de azúcar, de algodón o maíz, pero también se ha detectado en granjas de camarones y en mineros.
La "nefropatía mesoamericana" fue detectada hace 30 años y recibió ese nombre en referencia al desproporcionado número de enfermedades renales encontrado entre trabajadores en Centroamérica.
Desde entonces, "se ha convertido en una de las principales enfermedades entre trabajadores de climas cálidos", explica el informe e indica que recientemente se detectó en tres estados: California, Colorado y Florida.
Durante los últimos siete años, unos 20.000 trabajadores agrícolas murieron por problemas renales en plantaciones en Centroamérica y en los estados mencionados, dice el estudio.
Pero la enfermedad es global y "sus causas exactas resultan difíciles de determinar", anotó el doctor Lee Newman, principal autor del estudio y director del Centro de Salud, Trabajo y Medio Ambiente de la Universidad de Colorado en Denver.
"Revisamos toda la literatura disponible sobre este tema y nos preguntamos: ¿Qué sabemos hoy? ¿Qué no sabemos? Esperamos sintetizar todo lo que sabemos hasta ahora para tener un marco de referencia y poder avanzar", comentó Newman, quien además es profesor en el Departamento de Medio Ambiente y Salud Ocupacional de dicha universidad.
Junto con su colega, el doctor Richard Johnson, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado en Denver, Newman cree que la "misteriosa epidemia" de enfermedades renales se debería al calor.
También, al "impacto directo del cambio climático en la salud", combinado con pesticidas y posiblemente con aguas contaminadas por esos pesticidas.
"De hecho, los estudios muestran que en Sri Lanka la epidemia es mayor donde los pozos de aguas son poco profundos y allí las toxinas pueden llegar a concentrarse", afirmó Johnson.
Además de los pesticidas, los llamados metales pesados (como el cadmio) también coadyuvan con las enfermedades renales, y en algunas regiones se suma otro elemento: el hantavirus.
Si a eso se le agregan factores genéticos, cuando los trabajadores del campo quedan expuestos al calor, la deshidratación causa daños a los riñones, agravados por toxinas del suelo y del agua.
"Es mi opinión que el cambio climático tiene un papel en esta epidemia. Ellos (los trabajadores agrícolas) son quienes alimentan al planeta. Si el cambio climático continúa así, ¿quién nos va a alimentar?", preguntó Newman.
El estudio fue publicado esta semana en la prestigiosa revista científica New England Journal of Medicine.