Este tipo de afirmaciones, cuyo origen es político, están destinadas a ganar el favor de aquellos desprevenidos que se dejan arrastrar por sus emociones a escenarios falsos gracias al discurso populista sensiblemente bien elaborado. A todos nos duele lo que pasa en Venezuela, y si nos preguntan si queremos que a Colombia le pase lo mismo, la respuesta al unísono es NO. Sin embargo permítame exponerle porqué razones no es posible. La primera es que Colombia viene saliendo de esa misma situación, lo que pasa es que no lo hemos advertido, pero en nuestro país gracias a fuertes estatutos de seguridad, la protesta ciudadana fue castrada. Tampoco podemos negar el sangriento episodio donde se exterminó a un movimiento político como la UP. Colombia ya vivió estos escenarios y logró salir adelante; nosotros nunca hemos tenido subsidios, por el contrario hemos sido capaces de asimilar año a año el alza en los impuestos. Nuestra economía crece y la clase empresarial y productiva se mantiene. La principal razón, es que nuestros modelos económicos, son y serán diferentes, son árboles plantados al mismo tiempo, pero sometidos a tratamientos diferentes. Venezuela creció aceleradamente, pero con una débil raíz y tallo famélico, que aunque frondoso y vistoso, ya sabíamos que no aguantaría el primer vendaval al que fuera sometido y hoy se desquebraja a punto de caer. Colombia fue un árbol sometido a talas constantes durante años, que le hicieron de raíz fuerte y tallo ancho y que aunque no mostraba frondosidad alguna, fue robusteciéndose hasta obtenerla. Hoy estamos frente a dos árboles, uno que amenaza riesgo para la comunidad y requiere ser intervenido y otro que creció fuerte y sólido. Este ultimo si quisieran tumbarlo, difícilmente lo lograrían.  Hemos aprendido la lección, la hemos aprendido desafortunadamente con sangre, pero hoy tenemos el privilegio de encontrar un terreno abonado para desarrollar nuevas y mejores oportunidades. La raíz de este árbol solido y frondoso que hoy tenemos, es una fuerte institucionalidad dispuesta a salir en la defensa de los intereses de la nación. Una sociedad que pese a los difíciles momentos que ha vivido, hoy se levanta con nueva esperanza y sigue creyendo en lo nuestro. Hemos superado gobiernos megalómanos y caudillistas, que quisieron perpetuarse en el poder y la institucionalidad lo impidió, demostrando con ello absoluta independencia. Por ello Colombia nunca será como Venezuela.