En la Estación Centro de la Policía Metropolitana de Cúcuta se pierden los derechos humanos entre las rejas improvisadas de una estructura que fue construida para albergar a 15 personas privadas de libertad y hoy cuenta con 136.
Ante la imposibilidad de mantenerlos en la estrecha celda donde, por el momento, permanecen 54 detenidos acusados de delitos de mayor complejidad, como homicidios, secuestros y narcotráfico, la Policía ha tenido que cercar con vallas el comedor y la cocina para albergar al resto.
Los que están en resguardo dentro de la celda de la Estación Centro, por ejemplo, se quejan del poco oxígeno, de la contaminación, las enfermedades, la desasistencia y hasta de la comida.
Aunque el tema de los alimentos es un reclamo común en la población de sindicados de las 19 sedes del área metropolitana, desde los Comandos de Atención Inmediata (CAI) hasta las estaciones policiales, en las últimas semanas, la situación ha cobrado niveles alarmantes.
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El desayuno y el almuerzo les llegan hasta cuatro horas más tarde de lo debido y es natural –dicen- que les sirvan proteínas crudas, como el caso del pollo que nunca está ni medianamente cocido. “Queremos que nos lleven a la cárcel de Cúcuta porque sabemos que cometimos un delito que tenemos que pagar, pero esto no se lo aguanta nadie. Al menos allá tenemos opciones de redimir la pena, trabajar, estudiar, no esto”, dice uno de los privados de libertad.
Por estos días la estación de policía está en cuarentena por un brote de varicela, como ocurre en la de Los Patios. “Uno se enferma y nos enfermamos todos porque aquí no cabe un alma”, dice otro de los detenidos mientras sujeta una varita de incienso suspendida en un barrote de la reja que encendieron para disipar los malos olores.
En la estación de policía de La Libertad, donde conviven apretados 54 presos, en una capacidad instalada de 15 detenidos, la cosa no mejora. Aquí se tienen que turnar para dormir, porque mientras unos se acuestan, otros se quedan parados.
Como puede se las arreglan porque “usted sabe que no a todo les llega”. Se refieren al caso de los detenidos procedentes de otros departamentos y a los extranjeros porque, cuando el operador contratado para el suministro de alimentos incumple, les permiten a los familiares llevarles la comida.