Si durante los dos últimos meses hacer mercado le pareció costoso en Cúcuta, hoy, antes de salir, haga bien sus cuentas y trate de aumentar entre un 20% y 30% el presupuesto para que su lista de frutas, hortalizas y alimentos no perecederos se cumpla a cabalidad.
La causa de los incrementos no son los venezolanos que pasaron la frontera el domingo pasado, como muchos creen. Los altos precios y los primeros síntomas de escasez de algunos alimentos que se está presentando en la ciudad, son producto del paro camionero que completa 36 días en el país y que, al parecer, está lejos de tener una solución.
Tras los bloqueos en varias vías nacionales, incluyendo las que comunican al departamento con el interior del país y la Costa Atlántica, los empresarios de algunos de los supermercados más reconocidos de la ciudad (marcas regionales y nacionales) empezaron a limitar la compra de productos como harina y azúcar, que normalmente vienen de Bogotá y el Valle del Cauca.
Entonces, si tiene un negocio que implique un alto consumo de estos productos, al mejor estilo de las colas en Venezuela, lleve varias personas para que cada una pueda comprar los 4 kilos que como máximo están siendo vendidas por cliente en algunos establecimientos.
No se extrañe, además, si al llegar a los supermercados encuentra, por momentos, espacios de verduras y vegetales vacíos, estos tampoco están llegando con normalidad. El Grupo Éxito, por ejemplo, para enfrentar esta situación, empezó a comprar alimentos perecederos a los productores de la región.
La salvación del abastecimiento está en la producción agraria regional y las marcas locales de productos no perecederos, expresaron gerentes comerciales de los puntos de venta.
Aunque las caravanas organizadas por la Policía Nacional para garantizar la llegada y salida de productos se están efectuando con normalidad, al parecer no tienen el impacto esperado porque los conductores temen represarías de sus compañeros en paro porque el acompañamiento no llega hasta el destino final, comentaron algunos transportadores activos.
Esta situación, además de encarecer los fletes, también está generando una situación de especulación que ya se nota en los precios. En Cenabastos, por ejemplo, los precios a los mayoristas, entre el 18 de junio y el 9 de julio, aumentaron 42,8% para el limón Tahití, 42,8% para la fresa y 14,2% para la papa, según el sistema de precios para el sector agropecuario, Sipsa.
La cuenta más reciente de la Asociación Nacional de Empresas Transportadoras de Carga por Carretera (Asecarga), indicó que las pérdidas, tras 36 días de inactividad, suman $1,11 billones, representados en fletes, peajes, lucro cesante y consumo de combustibles, entre otros