Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Luis Alberto Lobo
~El 25 de febrero de 1995, una banda de guerrilleros del Eln atacó el puesto de la Infantería de Marina venezolana en Cararabo, a orillas del rio Meta, torturando y masacrando a una decena de soldados. Con este hecho se inició un tenso periodo en las relaciones entre Colombia y Venezuela. ~
Authored by
Domingo, 4 de Enero de 2015
~El 25 de febrero de 1995, una banda de guerrilleros del Eln atacó el puesto de la Infantería de Marina venezolana en Cararabo, a orillas del rio Meta, torturando y masacrando a una decena de soldados. Con este hecho se inició un tenso periodo en las relaciones entre Colombia y Venezuela. ~ El 25 de febrero de 1995, una banda de guerrilleros del Eln atacó el puesto de la Infantería de Marina venezolana en Cararabo, a orillas del rio Meta, torturando y masacrando a una decena de soldados. Con este hecho se inició un tenso periodo en las relaciones entre Colombia y Venezuela.

Por aquellos días, en la Cancillería colombiana laboraba como Secretario Técnico de las Comisiones Fronterizas, un economista llegado del fronterizo departamento Norte de Santander. Su nombre era Luis Alberto Lobo Peralta y jugó un papel de primer orden, actuando como enlace directo y confidencial con la Embajada de Venezuela en Bogotá, para atender múltiples problemas fronterizos, de seguridad, comercio, tránsito de personas y tantos otros que diariamente amenazaban con enrarecer las relaciones bilaterales.

Después, en 2004, cuando Álvaro Uribe Vélez designó al cucuteño Enrique Vargas Ramírez como Embajador en Venezuela, Lobo fue enviado a Caracas en calidad de Ministro Plenipotenciario, segundo de la misión diplomática y mano derecha del jefe de misión. Lobo era, sin duda, el colombiano con mejor conocimiento directo de las relaciones entre los gobiernos de Venezuela y Colombia a lo largo de dos décadas.

En Caracas le tocó la tarea de mantener abiertos los canales de comunicación operativa con el quisquilloso aparato diplomático chavista.

El pasado 27 de diciembre, durante un viaje a Mérida, Venezuela, Luis Alberto falleció por un infarto cardiaco. Murió un gran colombiano que, además, vivía y sufría a Venezuela. Con tristeza debo reseñar la muerte de quien fue mi contraparte oficial colombiana, quien con el pasar del tiempo se hizo mi amigo y el de mi familia. Dios seguro lo tiene en su Gloria.

* Columnista de “Diario Las Américas” de Miami.

Temas del Día