“La clientela ha bajado mucho”, con esta frase describen los trabajadores de la economía nocturna la situación que viven, desde los últimos tres meses, los restaurantes, bares y gastrobares de Cúcuta, de las zonas comerciales de Caobos, avenida Los Libertadores y Centro Comercial Bolívar.
Según los empresarios, son varios los factores que afectan la dinámica de estos negocios, como la inseguridad, los habitantes de calle, la inflación y la informalidad, los cuales se reflejan en la disminución de las ventas.
Lea además: La Supersociedades formuló pliego de cargos contra William Shaw, CEO de Ultra Air
Y aunque el incendio de un local de bicicletas de El Malecón, ocurrido la semana pasada por presunta extorsión, no fue contra un negocio nocturno, sí genera temor en los empresarios y la ciudadanía.
Rubén Bittar, gerente de Pasteles & Pasteles, con una sucursal en Caobos, destacó que son muchos los habitantes de calle que deambulan por la zona, algunos bastantes agresivos, porque los clientes no les dan dinero, lo que hace que los comensales dejen de ir.
“Es un tema social, complicado, lo que se suma al actuar de bandas criminales que perpetran robos. Todo eso genera mucha intranquilidad”, enfatizó Bittar.
Juan Pablo Lóndero, presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés) en Norte de Santander, indicó que “hay una situación muy complicada, sobre todo, en horas de la noche, en las que han bajado mucho los clientes por las fallas de seguridad y todo lo que se escucha en cuanto a las grupos criminales que están operando”.
El fenómeno de los habitantes de calle también es un problema que requiere atención de las autoridades, según el líder gremial, quien añadió que en “la indigencia está elevada al cuatrocientos por mil en Cúcuta; todos los días salen y entran habitantes de calle del río Pamplonita y muchos de ellos son los que se roban los partes de los vehículos”.
Le puede interesar: Los pagos sin contacto representan más del 35% en 2023 en Latinoamérica
Golpe de la inflación
Juan Pablo Lóndero manifestó que por el golpe de la inflación al bolsillo del consumidor y sus efectos en los costos de las materias primas y las alzas de arriendos, les toca “capotear” con los precios e implementar campañas y promociones para captar clientes.
“La inflación nos tiene bastantes golpeados y los precios han aumentado de manera elevada en los últimos meses. Entonces, la gente dice: ‘yo que voy a ir al restaurante, si me gasto tanto…’, por lo que prefiere quedarse en casa”.
Acodrés también aseguró que la informalidad en el gremio se debe enfrentar, porque los negocios que no pagan impuestos ni seguridad social a sus trabajadores –que está en $350.000 por empleado mensualmente- y no cuentan con registro mercantil compiten con precios mucho más bajos.
Lea también: En Norte de Santander, $13.000 costaría el galón de gasolina al terminar el año
“Hasta ahora se están estabilizando los precios de los alimentos, después de una subida del 23%, más el aumento salarial del 16% que, a su vez, incrementó el costo de la nómina. Esto se reflejó en las alzas de precios del servicio y afectó directamente a los consumidores, por lo que se disminuyeron las ventas”, afirmó Rubén Bittar, gerente de Pasteles & Pasteles.
Más atención a la noche
(La economía nocturna de la ciudad reclama más atención./ Foto Archivo)
Eduardo Quintero Mantilla, presidente de la Junta Directiva de Asobares en Norte de Santander, concordó con el panorama descrito por Acodrés. Resaltó que en diversas ocasiones han conversado con la Policía para seguir uniendo esfuerzos y atacar la delincuencia.
Aseguró que la falta de cultura en la idónea disposición de las basuras en las afueras de los comercios, por parte de algunos empresarios, genera que habitantes de calle se congreguen en busca de desechos reciclables, lo que termina convirtiéndose en un foco de inseguridad.
“Se requiere trabajar en la gobernanza de la noche, es decir, políticas públicas para la noche para mirarla con unos ojos diferentes, porque no solo de esta economía hacen parte los negocios nocturnos. La central de abastos, por ejemplo, trabaja desde la medianoche, el transporte de carga pesada se mueve de noche, entre otros”, precisó el dirigente gremial.
Recordó que Asobares tiene la propuesta de reactivar el Comando de Atención Inmediata (CAI) de la calle 13 con Los Libertadores, para que tenga un radio de acción comprendido por El Malecón, CC Bolívar y Caobos, para el manejo del turismo y otras labores.
El 31 de mayo está previsto un encuentro binacional, en la ciudad, de los sectores comerciales que integran la economía nocturna, organizado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Ministerio de Turismo de Venezuela, con presencia de los viceministros Arturo Bravo y Leticia Gómez, para tratar distintos temas.
Menos clientela venezolana
Otra consecuencia de la crisis es que bajó la afluencia de venezolanos después de enero y ya no hay esos picos de visitas de la temporada de fin de año y que tuvo al inicio la ciudad tras la reapertura de los puentes y del paso vehicular en la frontera.
“El estado Táchira se ha reactivado un poco más su economía y se consiguen muchas más cosas que antes no y por los que venían los venezolanos a Cúcuta”.
Otro apunte del sector económico fue el alza mensual de la gasolina, lo cual, igualmente, afecta el poder de consumo de los ciudadanos e impacto en los precios de los alimentos, bienes y servicios.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
