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~Cualquier colombiano que desconozca nuestra región, carácter y
costumbres diría que los cucuteños sobrevivimos solo por la comisión de
actividades al margen de la ley, dadas las altas tasas de desempleo e
informalidad de nuestro mercado laboral.~
Cualquier colombiano que desconozca nuestra región, carácter y costumbres diría que los cucuteños sobrevivimos solo por la comisión de actividades al margen de la ley, dadas las altas tasas de desempleo e informalidad de nuestro mercado laboral.
Para los más despistados, sobrevivimos por el contrabando realizado por delincuentes residenciados en Bogotá y ciudades circunvecinas y nos lo atribuyen a nosotros. Lo traen de Venezuela y Panamá e ingresa rampante por las mal llamadas carreteras a Bucaramanga y Ocaña hasta llegar al interior del país o al narcotráfico que utiliza nuestro departamento hacia Venezuela, para traer la droga desde el centro y sur del país con destino final a Estados Unidos y Europa, contando con la complicidad de algunas autoridades y fuerza pública del vecino país y quizá del nuestro, como muchos creen.
La noticia publicada ayer por La Opinión (“Cúcuta, la ciudad menos atractiva para trabajar”), confirmó de nuevo la preocupante y explosiva situación social que vive nuestra ciudad desde hace más de una década, resultado de la difícil situación económica que la agobia y limita.
El estudio sobre calidad laboral realizado en 23 capitales del país por el Observatorio económico de la Universidad Externado de Colombia, demuestra que Cúcuta obtuvo la más baja calificación nacional por empleo (28,2) en el primer semestre de 2013, con las implicaciones que conlleva en todos los órdenes.
Alto porcentaje de nuestra fuerza laboral carece de contratos laborales y sus ingresos son los más bajos (12,9), siendo Bogotá la de más alto puntaje (29,9). Ocupamos el puesto 20 en aportes a seguridad social (salud y pensión), indicándonos que nuestra población tiene qué acudir a los hospitales públicos por medio del Sisben y estará desprotegida en su vejez.
Requerimos con urgencia definir estrategias viables con base en un plan de acción departamental que sea válido y realizable a mediano y largo plazo, permitiendo actuar de común acuerdo a dirigentes políticos, empresarios y academia para mejorar las actuales condiciones de vida de los nortesantandereanos.
En Norte de Santander no podemos seguir con universidades que carecen de acreditación institucional de alta calidad para educar con excelencia y alta competitividad a nuestros jóvenes e improvisando dirigentes políticos y mandatarios (con honrosas excepciones en la actualidad, como lo demuestran los resultados de su gestión honesta y la favorabilidad de las comunidades), sujetos a las propuestas y ocurrencias que cada cuatro años realicen con sus ocasionales candidatos a la gobernación y alcaldías, quienes van a determinar el futuro regional.
Por más conocimiento de la realidad del departamento o municipio y de la formación y compromiso que tengan los elegidos para mejorar las condiciones de vida de sus comunidades, podrán obtener mejores resultados si parten de planes de acción elaborados con tiempo, priorizados, consensuados y validados técnicamente, que les permitan actuar con mayor conocimiento y respaldo, facilitándoles ganar tiempo para dedicarse a la inmediata ejecución de todos los proyectos y programas ya previstos. Salgamos del rebusque e improvisación en 2014.
Adenda: Feliz y próspero año para todos. Cordial abrazo, amable lector/a.
Para los más despistados, sobrevivimos por el contrabando realizado por delincuentes residenciados en Bogotá y ciudades circunvecinas y nos lo atribuyen a nosotros. Lo traen de Venezuela y Panamá e ingresa rampante por las mal llamadas carreteras a Bucaramanga y Ocaña hasta llegar al interior del país o al narcotráfico que utiliza nuestro departamento hacia Venezuela, para traer la droga desde el centro y sur del país con destino final a Estados Unidos y Europa, contando con la complicidad de algunas autoridades y fuerza pública del vecino país y quizá del nuestro, como muchos creen.
La noticia publicada ayer por La Opinión (“Cúcuta, la ciudad menos atractiva para trabajar”), confirmó de nuevo la preocupante y explosiva situación social que vive nuestra ciudad desde hace más de una década, resultado de la difícil situación económica que la agobia y limita.
El estudio sobre calidad laboral realizado en 23 capitales del país por el Observatorio económico de la Universidad Externado de Colombia, demuestra que Cúcuta obtuvo la más baja calificación nacional por empleo (28,2) en el primer semestre de 2013, con las implicaciones que conlleva en todos los órdenes.
Alto porcentaje de nuestra fuerza laboral carece de contratos laborales y sus ingresos son los más bajos (12,9), siendo Bogotá la de más alto puntaje (29,9). Ocupamos el puesto 20 en aportes a seguridad social (salud y pensión), indicándonos que nuestra población tiene qué acudir a los hospitales públicos por medio del Sisben y estará desprotegida en su vejez.
Requerimos con urgencia definir estrategias viables con base en un plan de acción departamental que sea válido y realizable a mediano y largo plazo, permitiendo actuar de común acuerdo a dirigentes políticos, empresarios y academia para mejorar las actuales condiciones de vida de los nortesantandereanos.
En Norte de Santander no podemos seguir con universidades que carecen de acreditación institucional de alta calidad para educar con excelencia y alta competitividad a nuestros jóvenes e improvisando dirigentes políticos y mandatarios (con honrosas excepciones en la actualidad, como lo demuestran los resultados de su gestión honesta y la favorabilidad de las comunidades), sujetos a las propuestas y ocurrencias que cada cuatro años realicen con sus ocasionales candidatos a la gobernación y alcaldías, quienes van a determinar el futuro regional.
Por más conocimiento de la realidad del departamento o municipio y de la formación y compromiso que tengan los elegidos para mejorar las condiciones de vida de sus comunidades, podrán obtener mejores resultados si parten de planes de acción elaborados con tiempo, priorizados, consensuados y validados técnicamente, que les permitan actuar con mayor conocimiento y respaldo, facilitándoles ganar tiempo para dedicarse a la inmediata ejecución de todos los proyectos y programas ya previstos. Salgamos del rebusque e improvisación en 2014.
Adenda: Feliz y próspero año para todos. Cordial abrazo, amable lector/a.