El contrabando, la informalidad comercial y la falta de políticas que generen un impacto directo en la economía de Norte de Santander, le siguen pasando factura a la inflación en Cúcuta.
Aunque en algunos meses de 2015 este indicador presentó signos de recuperación, al finalizar el primer semestre del año el resultado fue el mismo de los anteriores, el más bajo.
Entre enero y junio de 2015, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para la capital nortesantandereana fue de 2,48%, el menor resultado entre las 24 capitales encuestadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) y 0,85 puntos porcentuales por debajo del índice nacional, que para el mismo periodo fue de 3,33%.
Lejos de ser una buena noticia para la economía regional, lo que revela el indicador es que hay un deterioro en el nivel adquisitivo de las familias en la capital nortesantandereana, explicó Nelson García, economista y catedrático de la Universidad Francisco de Paula (UFPS). Y es que esta es una relación natural “las personas entre menos ingresos, menor poder adquisitivo tienen”, inciden en la baja dinámica de consumo y de precios.
La otra realidad que tiene una relación directa con la baja inflación y la ausencia de capacidad de gasto, es la alta tasa de desempleo que caracteriza a la región desde hace más de dos años, ubicándola entre las ciudades con más desocupados. En mayo pasado, por ejemplo, el índice cerró en 15,6%, el segundo más alto del país.
En el primer semestre, los segmentos de la economía con mayores variaciones en Cúcuta fueron los alimentos (4,05%) y Educación (4,04%). Para García, el comportamiento de alimentos estuvo impulsado por una mayor demanda de los productos nacionales y una menor incidencia del mercado de contrabando.
La menor dinámica en los precios se registraron en los segmentos de transporte (0,05%), vestuario (1,23%) y diversión (1,33%). En este caso se refleja la falta de capacidad adquisitiva, pues son rubros que incluyen gastos que muchas veces no son de primera necesidad, como si sucede con los alimentos.
Entre las ciudades con menor inflación en el país figuran Riohacha y Cali, cada una de ellas con una variación de 2,84% en el primer semestre.
Por otro lado, el mayor costo de vida lo registraron Barranquilla (4,35%), Cartagena (4,34%) y Sincelejo (4,03%).
Además, a nivel nacional los alimentos también tuvieron el dinamismo más alto, con una variación de 5,11%.