Los propietarios de vehículos que en el primer semestre del año se vieron en la obligación de cambiar una o varias partes del automotor, seguramente se encontraron con un constante aumento de precios.
Entre enero y junio de 2015, impulsados por la fuerte cotización del dólar, los costos de importación de baterías, llantas, suspensiones, partes de motores y amortiguadores, entre otros, aumentaron un 30% en promedio.
El presidente ejecutivo de la Asociación del Sector Automotriz y sus Partes (Asopartes), Tulio Zuloaga Revollo, advirtió que indudablemente esta situación se reflejó en el precio final a los consumidores y en la reducción de ventas del sector, que a nivel nacional bajaron un 5%.
En Norte de Santander este fenómeno no fue la excepción y los comerciantes encargados de distribuir esta clase de productos mermaron la cantidad de pedidos, aseguró David Alberto Reyes, representante regional de Asopartes, gremio que tiene 44 negocios afiliados en el departamento.
El dólar alto y la frontera, caracterizada por el contrabando y la baja cotización del bolívar, son el peor contexto para el sector, cuyas ventas bajaron aproximadamente un 40% en los primeros seis meses, dijo Reyes.
El gerente comercial de Chrysler Cúcuta, Oscar Marín, explicó que para evitar una merma en los volúmenes de comercialización de repuestos, la estrategia ha estado enfocada en reducir los márgenes de ganancia, evitando así pasar el incremento del dólar al precio final del producto, que es el que siente el cliente.
Por su parte, Sergio Palacios, gerente general de Automarcol –concesionario de Ford en Cúcuta- indicó que a pesar de esta estrategia las ventas si se vieron golpeadas, pero que se espera un repunte para el segundo semestre del año. Sin embargo esto dependerá del comportamiento del dólar.
Contrabando de partes usadas
Aunque el dólar es fundamental en la operación de este sector comercial, no es el único problema que está presentando la industria.
El presidente nacional de Asopartes explicó que la reducción en las ventas también está influenciada por el aumento del mercado ilegal de partes usadas, un fenómeno en el que países como Venezuela y Estados Unidos tienen mucho que ver.
Según las cifras de Asopartes, el año pasado ingresaron al país de manera ilegal 300 millones de dólares en partes de vehículos robados, de los que 100 millones de dólares entraron por Venezuela. “De Estados Unidos están ingresando unos 16.000 vehículos desguazados al año”, afirmó Zuloaga.