La empresa venezolana Tejería Suramericana y su marca Gran Hogar, fundada en 2005 en San Cristóbal, estado Táchira, venía teniendo una buena dinámica comercial con Colombia hasta el cierre de la frontera, en agosto de 2015.
Con el relanzamiento de las relaciones binacionales y la reapertura comercial, la fábrica de toallas, hilo y tela de punto, quiere atraer al mercado de Cúcuta y abastecerlo, teniendo en cuenta que su capacidad de producción es de 100 toneladas, es decir, unos tres contenedores, según su director general Ángel Molina.
Lea además: ‘La economía colombiana no puede crecer con altas tasas de interés’
“Durante el cierre de la frontera tuvimos un par de ventas puntuales a través de la vía marítima, pero los costos son más altos y los procedimientos muy engorrosos, por lo que los clientes perdieron el interés y no se podía ser más competitivos. Sin embargo, siempre tuvimos contacto con los clientes”, resaltó Molina.
Ahora están retomando la comunicación con esos empresarios a los que proveían insumos y a las pocas semanas de la reapertura fronteriza, el 26 de septiembre pasado, lograron un pedido para Bogotá y están en conversaciones para otro, el cual será distribuido en todo el país.
El vocero de Tejería Suramericana destacó que el mercado colombiano llegó a representar el 40% de sus ventas, ahora quieren llegar nuevamente esa cifra, teniendo en cuenta que sus clientes siempre estuvieron muy satisfechos por la calidad ofrecida, siendo su cliente principal un confeccionista de Bucaramanga.
Le puede interesar: Este año crecerá el seguro de crédito para empresas en más del 15%
Ángel Molina destacó que están dando a conocer los empresarios de Cúcuta su gama de producción en tejido de punto, que es para franelas y poleras, porque reconoce que el área metropolitana tiene una amplia capacidad de confección.
“Sabemos que no hay fábricas de punto en los alrededores de Cúcuta, sino en Medellín y Bogotá. Estamos buscando ser un aliado para el confeccionista cucuteño y la logística permite abastecer a este mercado y queremos ser es fábrica hermana. Estamos agradecidos con ambos gobiernos, porque esa reapertura no dio un respiro y un impuso”, sostuvo el director general.
Lea también: Formalizar las empresas, clave para impulsar la economía popular
El representante de Tejería Suramericana señaló que, si concretan más clientes en esta línea de producción, tendrán un crecimiento importante.
Molina resaltó que la crisis venezolana los llevó a reinventarse y a la creación de nuevas estrategias. Importan algodón de EE.UU. y compran también parte a los productores venezolanos. Su producción se vende en Venezuela, Colombia, Ecuador y a Aruba y desean llegar a Curazao, Bolivia, Cuba y República Dominicana.
Por otro lado, subrayó que la falta de control arancelario para los tejidos que llegan desde el Medio Oriente, Asia y Panamá genera una competencia desigual, porque muchos de esos productos son en hilo regenerado y de poliéster, por lo que se está permeado el mercado de telas de muy bajo precio y mala calidad.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion