Las universidades de América Latina tienen claro que si no se adaptan a las exigencias de la nueva economía, estarán condenadas a desaparecer, pues, la automatización y la robótica transforman el mundo y la educación no es ajena a esa tendencia.
Aunque las instituciones de educación superior se sacudieron con los retos que les impuso la pandemia de la COVID-19, con una aprendizaje en línea, ahora afrontan el desafío de ir más allá de esa apuesta, mejorar la experiencia y cerrar la brecha de acceso.
El panel del CIIE 2023 “El rol de la educación en la nueva economía, ¿las universidades necesitan cambiar?” puso sobre la mesa la ruta a seguir para que las instituciones respondan como deben a las tendencias globales y a las necesidades de los estudiantes.
Cheryl Regehr, vicepresidenta de la Universidad de Toronto, Canadá, expresa que la pandemia ayudó a que las instituciones migraran sus programas a la red pero, también, dejó un reto enorme con el regreso a la presencialidad: los estudiantes ahora no se sienten cómodos.
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“Vimos beneficios increíbles con el uso de la tecnología. Los alumnos pueden aprender a su propia velocidad, con actividades extracurriculares y en cualquier espacio, con aulas globales. Eso es maravilloso porque podemos ofrecer la mejor experiencia de aprendizaje”, dice Regehr.
Por su parte, Vincent del Casino, de la Universidad de San José, California, manifiesta que las universidades deben estar en el centro de todo y trabajar de cerca con las comunidades de su entorno, para analizar los problemas y ofrecer soluciones innovadoras.
“En mi opinión, al expandir los espacios de las universidades a otros espacios,, en colaboración, ayuda a que se construya una cultura de innovación, con soluciones diversas y oportunas para enfrentar los desafíos que nos impone el mundo en el actual contexto”, afirma Del Casino.
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Ignacio de la Vega, decano de Egade, la escuela de negocios del Tecnológico Monterrey, afirma que las universidades deben responder al cambio y a la incertidumbre.
“Antes de la COVID-19, las universidades habían perdido la confianza de la sociedad. Tenemos que volver a nuestras comunidades, mantener nuestro rol y propiciar el debate y el diálogo”.
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