La dura situación del vecino país ha motivado a miles de venezolanos con padres colombianos retornar a Colombia para acceder a derechos básicos como cualquier ciudadano y empezar una vida con nuevas oportunidades, pero deben diligenciar la solicitud en la Registraduría con la partida de nacimiento apostillada, un trámite muy complejo de hacer en Venezuela.
La Registraduría permitió la presentación del registro de nacimiento venezolano junto con la declaración de dos testigos -a través de una medida excepcional, publicada y prorrogada en la Circular Nacional del Registro Civil 121 de 2016- hasta el 14 de noviembre de 2020. Después de esa fecha, la apostilla se volvió un requisito obligatorio para alcanzar la identificación colombiana.
La circular señaló que la flexibilización se implementó debido “al alto número de personas nacidas en Venezuela, hijos de padre o madre colombianos, quienes no cuentan con los documentos antecedentes apostillados, pues persisten los inconvenientes en el país vecino para la obtención de la apostilla”.
El 28 de abril de 2020 hubo una reunión interinstitucional convocada por la Registraduría en la que participó Cancillería, Gerencia de Frontera, ICBF, Migración Colombia, Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General que tuvo como fin prorrogar la aplicación de la medida excepcional por seis meses.
Sin respuestas
La medida excepcional no se extendió, convirtiéndose la apostilla en un requisito indispensable para los venezolanos con intención de ser reconocidos como nacionales colombianos. Tal como ocurre con Yhoger Contreras, un venezolano, de madre colombiana, oriundo de San Cristóbal, estado Táchira. Ha acudido varias veces a las oficinas de la Registraduría en Cúcuta y Los Patios para hacer valer su derecho y su solicitud sigue sin respuesta.
El requerimiento al que hace referencia Yhoger está contemplado en el artículo 96 de la Constitución, en el que son nacionales los hijos de padre o madre colombianos nacidos en el extranjero, una vez domiciliados en territorio colombiano o registrados en oficina consular.
“Movilizarte de San Cristóbal a Cúcuta, por más que sea un tramo corto, implica dinero y desidia, enfrentarte a los cuerpos policiales de Venezuela, a una dinámica peligrosa con grupos en la frontera. No está en mis planes quedarme en Colombia, pero es mi derecho tener la nacionalidad. Para mí ha sido una cruz todo este proceso”, expresó Contreras.
A diferencia de Yhoger, María Fernanda Sánchez sí desea quedarse en Norte de Santander. Nació en el estado Trujillo, pero su mamá era de Cúcuta. Llegó como miles de venezolanos buscando mejores oportunidades y para eso debe obtener su cédula colombiana. Le contaron que podía hacerlo con su registro de nacimiento venezolano legalizado, pero aparte de esa certificación debía apostillarlo. “(…) No tengo empleo y tampoco cuento con 300 dólares para apostillarlo”, relató la docente.
Venezuela actualmente atraviesa una crisis multidimensional, donde el salario mínimo es de 2,5 dólares mensual, casi 10.000 pesos colombianos, insuficiente para comprar alimentos, medicamentos, y cubrir otros servicios básicos, por lo que el acceso a dicho trámite es imposible para muchos.
